PALABRAS...

Se me han caído las palabras, desparramadas por el suelo están. Esparcidas por todas partes, algunas a la vista, otras no.
No sé si voy a reunir las fuerzas necesarias para poner en orden todo esto, para recoger las palabras del suelo y empezar de nuevo. Para combinarlas entre sí y que recuperen el significado. Para ordenarlas y que recobren su sentido perdido. AMOR, PUENTES ,SUPERMERCADOS, NEVERAS,ZAPATOS,RECIBOS DE LA LUZ,CAMPEONATOS DE AJEDREZ ,CRISIS , ESPAÑA,CALCETINES, ELECCIONES, PARO,EL PAPA,FOLLAR,PUENTES COLGANTES,BOMBILLA, MUERTE, CANCER, CINE, GUERRA,
Es algo parecido a ser capitán de barco y que todos tus buques se llamen TITANIC.




Mi abuelo.

Hace algún tiempo conocí a un hombre que tenía un millón de años. Y como tenía un millón de años, tenía un millón de cosas para contarme, una por cada una de su millón de arrugas. También tenía un millón de sonrisas que mostrarme, y un millón de miradas. Cada una de las cosas que dijo, cada una de esas sonrisas, de esas miradas, me hizo sentir algo diferente, algo distinto cada vez. De esa manera pude conocer un millón de sentimientos que nada tenían que ver entre sí. De esa manera pude sentir un millón de cosas distintas. Cosas que ahora te quiero contar a ti.

lunes, 5 de octubre de 2009





Me pasa cada cosa con los espejos! El otro día al pasar por delante de uno vi de refilón mi reflejo y me detuve un instante a contemplar lo que veía. Al observarme al otro lado del cristal pensé que a lo mejor yo era el reflejo y la imagen de enfrente mi yo real, ¿por qué tenía que ser al revés? Estuve un rato probando determinados movimientos que instantáneamente eran repetidos por mi yo de enfrente, que eran inmediatamente copiados por él. Intenté sorprenderle un par de veces, pero por muy rápido que fuera, mi otro yo me imitaba de forma totalmente sincrónica. Pero, ¿y si ero yo el que estaba copiando lo que hacía mi yo de enfrente, el imitador, el que seguía sus ordenes? ¿Y si no era yo el que tomaba las decisiones? ¿Quién era más libre, yo o el yo que estaba al otro lado del espejo, mi otro yo? Tantas dudas, tantas cuestiones acabaron por agotarme, así que decidí escapar de allí, huir, alejarme del espejo. Mi otro yo pareció pensar lo mismo y también se esfumó.

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